Un paseo junto a la bahía de Guanabara

El siguiente es un recorrido sugerido por los barrios Flamengo, Catete y Botafogo, con el Pão de Açúcar coronando el panorama en buena parte del trayecto. Ideal para hacer un domingo a pleno sol, disfrutando de algunos de los mejores escenarios de Rio de Janeiro.

▬▬▬▬ Recorrido: 4,0 kilómetros.

1.- Marina da Glória. Una ensenada siempre repleta de embarcaciones flotando plácidamente a metros de la pista del aeropuerto Santos Dumont. Sólo es necesario esperar algunos minutos para encontrar la fotografía perfecta, con los yates en primer plano y algún avión aterrizando o despegando casi rozando el agua de la bahía de Guanabara.  Previamente, a pocos metros de la estación Glória del metrô, una calle sube algo escondida hasta la Igreja Nossa Senhora da Glória do Outeiro, ubicada estratégicamente en una pequeña colina con hermosas vistas de la bahía.

2.- Aterro do Flamengo. Un terreno ganado al mar que en realidad lleva el nombre de Brigadeiro Eduardo Gomes, con 122 hectáreas de jardines diseñados por Roberto Burle Marx, el mismo artista plástico y naturalista que creó el paseo de Copacabana. Es un área de puro verde junto a una playa poco recomendable para el baño por sus altos niveles de polución. Es una de las zonas más frecuentadas por los cariocas con ganas de hacer deporte, ya que hay varias canchas de fútbol y de tenis, además de la ciclovía utilizada por skaters, corredores, ciclistas y patinadores. Los domingos se cierra el tránsito vehicular en la avenida principal y se convierte en un gran paseo peatonal y deportivo.

3.- Palácio de Catete. Fue sede del Poder Ejecutivo de Brasil entre 1897 y 1960, luego convertido en el Museo de la República. La visita permite acceder hasta las habitaciones donde el presidente Getúlio Vargas se quitó la vida de un disparo. También se puede disfrutar de los elegantes jardines con lagunas artificiales, de acceso público.

4.- Rua do Catete. Ya en el barrio Catete, esta serpenteante calle de aspecto colonial concentra ruinosos hoteles baratos y los comercios más importantes de la zona. Los domingos se convierte en un paseo comercial a cielo abierto donde se consigue de todo: discos de vinilo, lentes descartables, baratijas, artículos de segunda mano, fotos antiguas de Rio, frutas, relojes…

5.- Largo do Machado. Probablemente una de las plazas más encantadoras y animadas de la ciudad. Entre una buena oferta gastronómica, los frondosos árboles y las interminables palmeras, los vecinos se reúnen a charlar, ver la vida pasar, estirar los músculos en las máquinas de ejercicio públicas y a jugar damas y ajedrez. Algunas partidas resultan pequeñas batallas épicas, con numeroso público. Largo do Machado también funciona como pequeña terminal de ómnibus, con conexiones entre las líneas municipales y el metrô.

6.- Los botecos. Si no nos dejamos tentar por las ofertas gastronómicas de Largo do Machado, esta es la mejor oportunidad de saciar el hambre y refrescar la garganta. Camino a Botafogo, donde termina rua do Catete empieza Marquês de Abrantes, con algunos de los más pintorescos botecos, botequins, lanchonetes y choperías de la ciudad. Lo mejor es acodarse en la barra y disfrutar un buen chop gelado con algún acompañamiento, observando el movimiento de ritmo pueblerino de la zona.

7.- Playa de Botafogo. Otra playa donde hay que ser muy valiente para animarse a entrar en sus aguas de tono oscuro. Pero la vista compensa: la gran ensenada de arenas casi blancas, las embarcaciones y el morro de Urca son apenas el complemento del escenario dominado por el majestuoso Pão de Açúcar.

8.- Botafogo Praia Shopping. Los precios de este centro comercial —como los de todo Rio de Janeiro— suelen ser prohibitivos. Tampoco es muy recomendable el patio de comidas. Pero el octavo piso esconde una pequeña terraza desde donde se obtienen memorables panorámicas de la playa de Botafogo y el Pão de Açúcar. Un final de recorrido inmejorable ante de bajar a buscar la estación del metrô, apenas dando la vuelta a la manzana.